Mi relación contradictoria con la escritura
He estado torturándome pensando en mi relación
con la escritura: ¿Qué considero “un borrador”? ¿Cómo describiría mi proceso de
escribir? ¿Cómo organizo mis pensamientos antes de escribirlos? ¿Qué hago después
de terminar algo? ¿Lo edito? ¿Lo leo varias veces? La escritura me presenta una
dualidad: la timidez y el orgullo. ¿Coexisten las dos cosas? A veces me invoca
un complejo de Dios, pero otras veces me hace sentir como insuficiente o un
complejo de inferioridad. Al escribir este mismo párrafo me hace dudar si es
algo que puedo publicar en el blog del curso. ¿Es académico o demasiado personal?
¿Coexisten las dos cosas?
Para mí, la escritura tiene muchas funciones. Principalmente, sirve como una manera de expresar mis pensamientos, como la hace para muchos. Al ponerlos por escrito, los puedo organizar, desarrollar y mejorar a través de la herramienta de la escritura. El acto de escribir sus propios pensamientos es abrumador: ¿Con quién los comparto? Mi mente siempre está rodeada con tantas ideas que, a veces, se siente como si mi mente fuera una barca, hundiéndose por mis infinitas ideas. Esto, yo pienso, es una bendición cuando estoy escribiendo para la academia o para mi propio interés, pero, al mismo tiempo, es una gran distracción, que se convierte en una maldición. El resultado de esta combinación es muchas ideas no escritas, mucho tiempo frustrado a mí misma, mucha escritura sin final o pensamientos aleatorios que escribí simplemente para borrarlos de la mente y poder enfocarme en una tarea.
Durante el proceso de escribir, personalmente, nunca pienso en lo que estoy escribiendo como un borrador. No refiero a mi escritura como un borrador, la palabra no viene a mi mente. Simplemente, es un trabajo en proceso. Aunque, técnicamente, este se considera “un borrador inicial” por cualquier razón, no utilizo la palabra “borrador”. Describiría mi proceso de escribir como lo siguiente:
1. Escribo todo lo que viene a la mente – sin filtre, sin editar absolutamente nada, muchas veces en varios papelitos o notitas en mi cuaderno o el libro que estoy leyendo. Escribo cualquier cosa que ocurre y la apunto.
2. Reviso mis pensamientos preliminares.
a. Intento a organizarlos para tener sentido.
3. Hago un esquema.
a. Escribo una introducción breve al tema y escribo las oraciones temáticas de cada párrafo con el apoyo adecuado.
b. Lo sigo con las citas del libro, artículo, u obra que estoy referendo.
4. Escribo hasta que no puedo más. Sin revisión, escuchando a mis pensamientos propios para guiarme.
5. Re-leer y anotar.
6. Corrijo los errores y cambio las oraciones que no me gustan.
7. Re-leer de nuevo.
8. Se sigue más corrección
9. Hago modificaciones
Usualmente, todo esto toma lugar sobre varios días o horas con muchos descansitos para no cansarme del proceso.
Siempre me da miedo de que olvidaré lo que quiero escribir, la cita que quiero incluir, el error que necesito arreglar, que mi escritura no es suficiente buena. Por otro lado, cuando termino con escribir, usualmente, me da mucho orgullo al haber terminado algo y estoy orgullosa de mi misma y mi trabajo que acabe de escribir. Decir que me siento poca vanidosa sobre mi escritura no sería una mentira en sí, pero, al mismo tiempo, no tengo la confianza para decirla. Me gustaría tener más confianza en la escritura, pero yo soy mi propia critica más severa que nadie. Por eso, casi nunca comparto mi escritura personal por miedo de que no es suficiente buena y me pongo todos mis esfuerzos en la escritura académica para poder escribir y recibir la crítica constructiva de los profesores y las profesoras que tengan más experiencia que yo. Sobre todo, mis pensamientos sobre la academia todavía me representan y mis opiniones.
La escritura académica y personal empiezan a juntarse. Se mezclan las opiniones personales con los pensamientos académicos. El resultado es usualmente un ensayo argumentativo o algo diferente. A través de la escritura, que sea académica o personal, tengo la oportunidad de expresarme y liberarme de algunos de los pensamientos que rodean mi mente. Para mí, las dos coexisten. La barca para de hundirse y, por eso, sigo escribiendo.
Comentarios
Publicar un comentario