La categoría de la ciencia ficción en América Latina


                        La categoría de la ciencia ficción en América Latina 

La ciencia ficción pareciera encontrarse en un plano bastante comercial en los Estados Unidos. Es común ver los anaqueles de las tiendas con novelas, recopilaciones y análisis sobre la ciencia ficción. Incluso, el cine y la televisión la explotan continuamente y cada día adquiere más y más seguidores de distintas generaciones. Sin embargo, ¿por qué no puede hablarse del mismo nivel de consumo en América Latina? Durante una de las clases el Dr. Albujar mencionó que, respecto a la literatura escrita en español, el género es equiparado a la fantasía. ¿Es posible catalogar la ciencia ficción con el mismo género de las hadas y los orcos, los fantasmas y las maldiciones? ¿En dónde queda el componente científico en dichos casos? 

 

Si bien, no tengo respuesta a por qué las asociaciones literarias en América Latina no han dado un espacio diferente a la ciencia ficción, si podemos preguntarnos sobre las obras de este tipo en los últimos años. Quisiera mencionar dos obras colombianas que juegan con la ciencia ficción de maneras muy diferentes, pero que finalmente vuelven sobre la misma preocupación: "la vigilancia". El primer texto es Angosta (2003), de Héctor Abad Faciolince, que cuenta una ciudad imaginada en dónde los ricos viven arriba, en medio los trabajadores y abajo, en donde la corriente de un río lleva solo desperdicio, viven los marginales. La otra es una novela un poco más reciente, La lesbiana, el oso y el ponqué, (2013) de Andrea Salgado. En esta novela la vida del personaje principal es constantemente transmitido y consumido por todos. La preocupación de este mundo ficticio gira alrededor de la vida como espectáculo. Estas dos novelas, aunque separadas por die años, son solo una pequeña muestra del género en Colombia.

 

Las dos novelas muestran la posibilidad del futuro y respuesta al cuestionamiento de qué hay más allá de la vida como la conocemos. Angosta, por un lado, es una crítica a las clases sociales y a las brechas que separan el mundo en espacios verticales. Esta misma separación puede ser encontrada en mangas japoneses como Alita (1998) de Yukito Kishiro o en el libro Altered Carbone (2002), de Richard Morgan, en donde las sociedades que habitan las partes altas acaparan el poder y el conocimiento. Por otro lado, la novela de Andrea Salgado critica el papel de las redes sociales y la relación con la psique del individuo como fuentes de depresión y discriminación social. Lo anterior es algo que cualquier fan de la ciencia ficción reconocería como uno de los capítulos de Black Mirror

 

Las temáticas, las problemáticas y los personajes de la ciencia ficción colombiana no distan de las temáticas alrededor del mundo, sin embargo, su alcance y aceptación es mínimo. Quisiera plantear aquí que podría haber dos problemáticas a investigar para entender que las categorías sean percibidas de forma tan diferente en Estados Unidos y en Latinoamérica. La primera, que la academia literaria sigue anclada históricamente al realismo mágico y que esto la lleva a englobar productos culturales bajo el mismo termino. La segunda, que, si bien hay producción de literatura de ciencia ficción, la situación social de los países del sur no permite que los lectores desarrollen gusto por este tipo de ficción. No pretendo responder estas preguntas ahora, pero podría resultar interesante para futuros trabajos.

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

La cuestión de la identidad

La Novela Femenina

Artículo por Marco Chandía Araya