Pensar las humanidades desde la humanidad

 

Pensar las humanidades desde la humanidad

Por Lorena V. Mosquera

¿Hay algo más humano que cuestionar? Seguramente sí, algunos hablan de un alma, otros de la capacidad de amar, otros de crear y otros de razonar. Sin embargo, cuestionar es también razonar, es parte fundamental del método científico, la base de todas las ciencias. A partir de cuestionamientos como: “¿es esto posible?” el ser humano se reta a sí mismo y termina por crear lo imposible. Amar lleva en su seno cuestionar lo que no se ama, para identificar lo que sí. Respecto al alma, no tengo respuesta, ni la entiendo, por lo que me cuestiono hablar de ella. Preguntarnos por lo que vemos, somos, sentimos es esencial para desarrollarnos como humanos, es también la base de todas las ciencias, de las humanidades y de las STEM. Aunque las humanidades parecen moverse en un campo teórico, mientras las segundas pertenecen a algo práctico, los cuestionamientos de las primeras deberían ser parte del estado del arte de las STEM.

Es con las humanidades con que se estudia la historia y los productos culturales que subsisten a través del tiempo. Esos productos, llámense novela, pintura, película o ensayo, dan cuenta del razonamiento de la sociedad, de sus declives y avances. A través de ellos se puede entender lo que nos rodea, lo que hemos sido, lo que producimos y por qué. Al decir esto pienso en casos concretos; por ejemplo, el análisis del teatro como herramienta de enseñanza en los colegios. Como sucedió con la escuela nueva en la segunda República española y el alcance que esto tuvo hasta nuestros días en la creación de un currículo regional o, incluso, universal. Pero también lo pienso desde una perspectiva más pesimista. La posibilidad de contemplar la producción armamentística y la historia de la guerra a través del cine. Cómo las armas han generado mitos de superioridad, leyendas sobre el género, miedos ante la imagen de un vehículo particular y desdén sobre otros que son aún más peligrosos. En términos quizás distópicos sobre el uso de la ciencia, el estudio de las humanidades también puede ayudar a entender cómo diseñar para la guerra… o para la paz.

 Cuestionar no es solo necesario para responder si máquina X funciona con el elemento Y, cuestionar requiere de una búsqueda en los productos culturales y de la reacción humana ante su propia creación. Quizás Máquina X con elemento Y sea un fracaso desde antes de pasar a los medios de producción, porque la literatura siempre lo ha considerado un error, de baja calidad, algo que no es digno del tiempo humano. Así como puede que una guerra se gane a través de la reinvención del mito literario y no de la máquina. No debemos olvidar que lo estudiado por las humanidades no las hace ciencias “blandas”, sino parte integral del cuestionamiento y de la investigación. La humanidad no puede vivir completamente de las STEM, pues aún es muy humana.

 

 

 

 

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